Hace 50 años que Madagascar es la patria adoptiva de este sacerdote argentino. Llegó a una de las zonas más pobres del planeta y se puso a trabajar para dar oportunidades, refugio y prosperidad a aquellos que estaban en la peor situación.
Creó una ciudad en la que llegaron a vivir más de medio millón de personas. Actualmente habitan unas veinticinco milde las cuales diez mil están escolarizadas...
Ha sido propuesto para el premio Nobel de la Paz.