De nuevo la ciudad de Madrid, y los pueblos y ciudades de alrededor, han vuelto a poner en marcha su capacidad solidaria ante la mayor nevada de los últimos 100 años y el colapso que esta provocó. Los valores éticos más universales se han activado para responder a esta situación tan adversa.
Vecinos que con cualquier herramienta u objeto se ponen a hacer transitables mínimamente las aceras, al menos para acceder al único transporte que funciona, el metro.
Taxistas repartiendo mantas por la ciudad ayudando a los Mensajeros de la Paz del padre Ángel.
Jóvenes cargados con guantes, gorros y mantas que visitan a las personas sin techa que duermen protegidos del frío en el suburbano.
Comerciantes que despejan la entrada de sus negocios y que ayudan, a otros que necesitaban de apoyo.
Conductores de todoterrenos que se ofrecen para realizar traslados de urgencia a hospitales y otros lugares.
Grupos de whatsapp vecinales creados para coordinar la ayuda a personas mayores con problemas de movilidad, echar una mano con la recogida de basura, o sacar un coche del atolladero.
El Samur Social interviniendo con los más desfavorecidos.
Redes vecinales funcionando para despejar el acceso a los hospitales y otros centros de atención sanitaria, pero también personas anónimas individuales que con una pala trazaron caminos para que quien lo necesitara pudiera trasladarse en metro, o cruzar de una calle a otra...
Tras el caos, como siempre, la solidaridad y la mejor respuesta ciudadana.
https://www.publico.es/sociedad/solidaridad-vecinal-madrid-planta-cara.html